Wednesday 15 July 2009

La presentacion de Joan Margarit forma
parte de Cambio de Piel en Estambul
la segunda antología de mi poesía hebrea
en traducción al castellano publicada por
la Diputación de Granada y presentada
en la Feria del Libro de esta ciudad en
el mes de abril del 2009 (Sh. Avayou)
Joan Margarit

PRESENTACIÓN

Esta es una nueva antología en castellano del gran poeta hebreo, ya conocido de los lectores españoles (*), Shlomo Avayou. La selección que hoy presentamos recorre toda la obra del poeta hasta llegar a su último libro publicado hasta hoy. Aquí se recoge la vertiente más personal e intimista de su lírica, desde la que nos habla de su infancia en Esmirna, donde las familias judías humildes como la suya vivían la brutal opresión turca, hasta la soledad de su pequeña casa del kibbutz cerca del mar, donde siempre lo imagino sentado bajo el porche del que habla en el poema que lo usa como título, en el también pequeño jardín, tomando café.

En la presentación de la anterior antología yo decía:

Para Shlomo Avayou, no engañarse frente a la realidad que a uno le rodea es el don y debe ser la misión del poeta, que debe tener la integridad moral y el coraje de hablar de sí mismo, convirtiendo lo personal en universal. Sorprende la conciencia de grupo que tiene con respecto a los poetas, precisamente porque los buenos poetas no sirven a nadie, y el escritor que sirve a alguien está perdido. Es decir, que la raíz de la mala poesía está más en los defectos morales que en los formales, concretamente en la cobardía frente a la verdad.
Esta posición nutre sus poemas, pero también sus decisiones vitales, su austeridad y su impenitente independencia. No hay más solución que la cultura, dicen sus poemas, sus escritos, sus conferencias. Y cultura no son encuentros de escritores subvencionados y manipulados por políticos. La sociedad se ha construido sobre la base del materialismo y del capitalismo y no de la cultura, lo cual es un error, porque lo básico es la cultura. En muchos lugares del mundo las gentes se están matando y todos podrían vivir en paz con todos. El enfrentamiento entre culturas no se da entre las personas cultas sino entre los idiotas de ambas civilizaciones. Ningún enemigo te puede hacer el daño que te haces a ti mismo, dice Shlomo. Por esto es dentro de ti donde debes buscar la solución. Y lo sagrado no está en las iglesias, en las sinagogas, en las mezquitas: es tarea del arte, del poeta.

Pues bien , este es el mismo Shlomo Avayou con un libro más en su haber, con sus poemas largos o breves, pero siempre duros, bizantinos a veces, tan espléndidos como los de su anterior antología. Los poemas de la infancia nos hablan de los lejanos recuerdos del abuelo que vivió los tiempos del holocausto armenio, del niño entre mujeres en los baños turcos y de la nostalgia de aquella Esmirna de Cocona Patra. Las mujeres han ocupado el centro de la vida de Shlomo Avayou desde sus comienzos. Están presentes tanto en los poemas de niñez como en los poemas donde su autor las busca o las recuerda, a veces desesperadamente dentro de sí mismo, a veces en países lejanos desde donde su mente vuelve siempre a Israel, al desértico esplendor de mi país, como si llevase con él a todas partes este lazo mítico de la mujer con la tierra, como si nunca lo abandonasen dentro de su mente esas madres que se doblaron, como dice en sus bellos versos, sobre nuestras afligidas cunas.

Los temas de los que arrancan los poemas y los que subyacen en ellos continúan siendo la presencia constante de la guerra, una presencia interior al mismo tiempo que exterior y que se plasma en la violencia y ternura de unos poemas que se escriben siempre desde la comprensión. Pero esta violencia comparte presencia constante con la especial espiritualidad del poeta en sus poemas de piedra, de desierto, secos y fuertes, que pueden hablar del espacio exterior o de la muerte de un poeta místico, poemas que rozan la nada del que busca algo más grande que está dentro de su propia alma y que para ello dialoga constantemente con esta nada interior. Poemas donde se mezcla este no ser con el sentido abrahámico de versos como El padre arrepentido/ que te acariciaba después de golpearte. Este padre que puede ser el maltratado judío turco que llega con su familia a Israel y que renace en la memoria del poeta con una ternura que da lugar a poemas emocionantes. Ese padre moribundo o aquel padre joven aún que surge en el que, a mi modo de ver, es el más importante poema de este libro: Mi padre, un judío impuro.


Joan Margarit

No comments:

Post a Comment